Hoy quiero compartir contigo una reflexión que me hizo darme cuenta de algo muy poderoso: somos afortunadas de tener la capacidad de decidir hacia dónde dirigir nuestra vida.
Elegir no siempre es fácil. Elegir nuestro bienestar requiere compromiso, disciplina y voluntad. Muchas veces significa detenernos cuando todo a nuestro alrededor corre deprisa, y otras veces significa ponernos como prioridad, aunque eso incomode. Pero lo que nunca cambia es que merecemos elegirnos a nosotras mismas.
En el día a día se vuelve más difícil elegir lo que nos hace bien. Con tantas distracciones, con tantos pendientes, y con un estilo de vida que nos dice que “hacer más es mejor”, lo automático suele ganar: scrollear sin parar en el teléfono, decir “sí” cuando queremos decir “no”, posponer lo que realmente necesitamos. Y sin embargo, ahí está nuestra fuerza: en darnos cuenta de que podemos elegir con consciencia.
El bienestar no siempre será el camino fácil. A veces elegir leer unos minutos, meditar, mover nuestro cuerpo o escribir lo que sentimos puede requerir más esfuerzo que seguir en piloto automático. Pero lo más fácil no siempre es lo mejor.
Y aunque a veces podemos olvidarlo, es muy importante recordarnos a nosotras mismas que tenemos esa capacidad de elección, porque justo eso puede cambiar por completo la manera en la que vivimos.
Y antes de despedirme, quiero dejarte una afirmación que puedes repetirte cuando lo necesites, como un recordatorio de tu poder de elegir:
“Tengo el poder de elegir con consciencia, y me elijo a mí.”
Puedes repetirla en voz alta, escribirla en tu journal o guárdala en tu mente para recordarte que en cualquier momento puedes elegir regresar a ti misma y a lo que te hace bien.
Te mando un abrazo grande,
Mariana.