Hoy quiero hablarte del miedo.
De ese sentimiento que aparece justo cuando estás por hacer algo que realmente te importa, te emociona, te reta y viene a sacarte de tu zona de confort. Cuando vas a tomar una decisión, abrirte, decir lo que sientes o dar un paso hacia algo nuevo.
Y quiero decirte que es normal. El miedo se siente incómodo, nos paraliza, nos hace dudar de todo, pero, ¿y si el miedo no viene a detenerte? ¿Y si el miedo está ahí solo para recordarte que estás creciendo y que tu potencial es mucho más grande de lo que te imaginas?
Porque si, da miedo decir lo que sientes, pero más miedo da quedarte con la duda de lo que podría haber pasado. Da miedo salir de tu zona de confort, pero más miedo da no darte la oportunidad de conocer tu propio potencial. Da miedo decepcionar a los demás, pero más miedo da decepcionarte a ti misma.
Quiero decirte que el miedo no desaparece. Siempre estará ahí, acompañándonos de alguna forma. Pero tú puedes elegir qué hacer con ese miedo. Puedes dejar que te aleje de lo que sueñas, o puedes dejar que te impulse.
No existe una vida sin miedo. Pero sí existe una vida en la que decides enfrentarlo con curiosidad, con calma, y sobre todo con confianza en ti misma.
Recuerda que tal vez el miedo no sea algo que haya que vencer. Tal vez sea solo una señal de que estás creciendo, cambiando, y avanzando. Así que si hoy sientes miedo, no lo rechaces, porque si está ahí es señal de que estás evolucionando.
Confía en ti, confía en el proceso, y sigue avanzando, incluso con miedo.
Te mando un abrazo grande,
Mariana.